Rojo 4 huracan (t.a) 0
Independiente goleó 4 a 0
En uno de los partidos que abren la 11ª fecha, el Rojo goleó a Huracán por 4-0 en Avellaneda, con goles de Jario Castillo, Bustos Montoya e Insúa. Con este resultado, los de Bertoni quedan a cinco puntos de Vélez
Independiente quería prenderse en la lucha por el título (si ganaba quedaba a sólo cinco puntos del líder, Vélez), mientras que Huracán necesitaba imperiosamente un buen resultado que comience a sacarlo de los puestos de descenso.
Los primeros quince minutos fueron para el olvido. Ninguno de los dos conjuntos fue capaz de crear situaciones. Recién a los 18 el Rojo generó una mínima chance de riesgo por medio de Federico Insúa. El Pocho remató desde afuera del área, pero la pelota se fue por arriba del travesaño. A los 22, Lorefice envió un centro desde la izquierda para Bustos Montoya, pero el Tati apenas alcanzó a cabecear desviado.
Cuando parecía que el Rojo no le encontraba la vuelta al partido, los dirigidos por Bertoni hicieron en menos de dos minutos lo que no pudieron realizar en casi media hora de juego. A los 27, Jairo Castillo quedó mano a mano con Nilton Pardal y, con un potente derechazo, colgó la pelota de un ángulo para poner el 1-0. Sesenta segundos después, Bustos Montoya se escapó sólo y tocó suavemente ante la salida del arquero para gritar el 2-0. En un abrir y cerrar de ojos, Independiente se encontraba con una cómoda victoria que le daba la tranquilidad necesaria para irse al vestuario con medio triunfo en el bolsillo.
Como si fuera poco, a los 36 Sebastián Carrizo sacó un tremendo derechazo de larga distancia que rebotó en el ángulo de Pardal. Al Rojo le salían todas y la goleada parecía asomarse. La única jugada de peligro del Globo se produjo a los 43, por medio de un disparo de larga distancia que Navarro Montoya logró desviar tras una gran estirada. La única mala para el Rojo fue la lesión de Bustos Montoya, quien tuvo que dejar el campo con una posible rotura de ligamentos (lo que lo dejaría ausente entre seis y siete meses).
Independiente pudo abrir la goleada a los 10 de la segunda parte. Insúa definió adentro del área chica, pero entre el grupo de defensores que estaba defendiendo pudieron desviarla en la línea. Un minuto después, Claudio García envió un centro desde la derecha que fue capturado de cabeza por Zapata (uno de los más bajos del partido). El Mono volvió a mostrar sus brillantes reflejos y evitó así el gol del descuento.
Nuevamente apareció Jairo para sellar la goleada. A los 22, el colombiano demostró que estaba en una noche iluminada y, luego de dejar en el piso al arquero rival, puso el 3-0. Los fanáticos que se acercaron a Avellaneda se deleitaban con triunfo que volvía a generar esperanzas. Como en casi todo el partido, Huracán sólo generó peligro a través de remates de larga distancia. A los 26, Leo Gómez sacó un derechazo que parecía que se clavaba en el ángulo, pero el gigante Navarro Montoya volvía a cerrar su arco.
Castillo cerró su noche inolvidable con una jugada para el recuerdo. A los 28, el Negro apiló rivales y, cuando parecía que iba a perder la pelota, habilitó con un excelente taco al Pocho Insúa, quien definió con un sutil toque (característico en él) para marcar seguramente el que será uno de los mejores goles de la fecha. El Rojo se ponía 4-0 y Avellaneda sólo festejaba.
Con el resultado cerrado, el Rojo sólo se dedicó a dominar el partido a puro toque. A los 40, Losada dejó en el camino a dos rivales adentro del área, pero Pardal evitó que esa excelente jugada termine en gol.
En la siguiente jugada, Lorefice sacó un bombazo que se fue rozando el travesaño. En seguida, Zapata quedó mano a mano, quiso fulminar al Mono y pero la pelota se fue muy desviada. El partido terminaba muy entretenido, pero con el resultado definido hacer rato.
El Rojo ganó, gustó, goleó, quedó a sólo cinco puntos de Vélez y todavía sueña. Huracán, por su parte, sólo suma preocupaciones y cada vez le resulta más difícil salir del fondo.
En uno de los partidos que abren la 11ª fecha, el Rojo goleó a Huracán por 4-0 en Avellaneda, con goles de Jario Castillo, Bustos Montoya e Insúa. Con este resultado, los de Bertoni quedan a cinco puntos de Vélez
Independiente quería prenderse en la lucha por el título (si ganaba quedaba a sólo cinco puntos del líder, Vélez), mientras que Huracán necesitaba imperiosamente un buen resultado que comience a sacarlo de los puestos de descenso.
Los primeros quince minutos fueron para el olvido. Ninguno de los dos conjuntos fue capaz de crear situaciones. Recién a los 18 el Rojo generó una mínima chance de riesgo por medio de Federico Insúa. El Pocho remató desde afuera del área, pero la pelota se fue por arriba del travesaño. A los 22, Lorefice envió un centro desde la izquierda para Bustos Montoya, pero el Tati apenas alcanzó a cabecear desviado.
Cuando parecía que el Rojo no le encontraba la vuelta al partido, los dirigidos por Bertoni hicieron en menos de dos minutos lo que no pudieron realizar en casi media hora de juego. A los 27, Jairo Castillo quedó mano a mano con Nilton Pardal y, con un potente derechazo, colgó la pelota de un ángulo para poner el 1-0. Sesenta segundos después, Bustos Montoya se escapó sólo y tocó suavemente ante la salida del arquero para gritar el 2-0. En un abrir y cerrar de ojos, Independiente se encontraba con una cómoda victoria que le daba la tranquilidad necesaria para irse al vestuario con medio triunfo en el bolsillo.
Como si fuera poco, a los 36 Sebastián Carrizo sacó un tremendo derechazo de larga distancia que rebotó en el ángulo de Pardal. Al Rojo le salían todas y la goleada parecía asomarse. La única jugada de peligro del Globo se produjo a los 43, por medio de un disparo de larga distancia que Navarro Montoya logró desviar tras una gran estirada. La única mala para el Rojo fue la lesión de Bustos Montoya, quien tuvo que dejar el campo con una posible rotura de ligamentos (lo que lo dejaría ausente entre seis y siete meses).
Independiente pudo abrir la goleada a los 10 de la segunda parte. Insúa definió adentro del área chica, pero entre el grupo de defensores que estaba defendiendo pudieron desviarla en la línea. Un minuto después, Claudio García envió un centro desde la derecha que fue capturado de cabeza por Zapata (uno de los más bajos del partido). El Mono volvió a mostrar sus brillantes reflejos y evitó así el gol del descuento.
Nuevamente apareció Jairo para sellar la goleada. A los 22, el colombiano demostró que estaba en una noche iluminada y, luego de dejar en el piso al arquero rival, puso el 3-0. Los fanáticos que se acercaron a Avellaneda se deleitaban con triunfo que volvía a generar esperanzas. Como en casi todo el partido, Huracán sólo generó peligro a través de remates de larga distancia. A los 26, Leo Gómez sacó un derechazo que parecía que se clavaba en el ángulo, pero el gigante Navarro Montoya volvía a cerrar su arco.
Castillo cerró su noche inolvidable con una jugada para el recuerdo. A los 28, el Negro apiló rivales y, cuando parecía que iba a perder la pelota, habilitó con un excelente taco al Pocho Insúa, quien definió con un sutil toque (característico en él) para marcar seguramente el que será uno de los mejores goles de la fecha. El Rojo se ponía 4-0 y Avellaneda sólo festejaba.
Con el resultado cerrado, el Rojo sólo se dedicó a dominar el partido a puro toque. A los 40, Losada dejó en el camino a dos rivales adentro del área, pero Pardal evitó que esa excelente jugada termine en gol.
En la siguiente jugada, Lorefice sacó un bombazo que se fue rozando el travesaño. En seguida, Zapata quedó mano a mano, quiso fulminar al Mono y pero la pelota se fue muy desviada. El partido terminaba muy entretenido, pero con el resultado definido hacer rato.
El Rojo ganó, gustó, goleó, quedó a sólo cinco puntos de Vélez y todavía sueña. Huracán, por su parte, sólo suma preocupaciones y cada vez le resulta más difícil salir del fondo.
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