historia
El inicio de una historia que muchos recordarán y volverán a vivir, la gloriosa vida que tuvo y tiene Independiente...
La gran historia roja comienza allá por el año 1904. Por la Avenida de Mayo, se levantaba una tienda de moda: su nombre era "A la ciudad de Londres". Varios empleados habían formado un club de fútbol llamado Maipo Banfield, con varias divisiones, para intervenir en torneos contra otras firmas comerciales.
Un grupo de cadetes, que eran los menores del club, a pesar de pagar todos los meses sus 50 centavos de cuota, estaban enojados. Los dejaban ir a ver los partidos...pero no jugar. Y así, el 4 de agosto de 1904, ocho jovencitos cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 17 años, se reunieron en un bar ubicado en la esquina de Bolívar y Victoria, para llegar a una decisión.
El líder de los disconformes era Rosendo Degiorgi. Y así, luego de varias vueltas de café, decidieron "independizarse" y formar un nuevo club, al que llamaron "Independiente Football Club". Pocos podían imaginarse en ese momento que, con el transcurso de los años, llegaría a ser uno de los más famosos no solamente de América, sino del mundo entero.
Aunque no tenían cancha, ni local social, ni siquiera una pelota de cuero o un sello de goma, esos precursores se constituyeron en Comisión Directiva y nombraron a Rosendo Degiorgi presidente provisorio.
Luego, comenzaron a buscar más adherentes y jugadores, y la familia Degiorgi ofreció como sede una pequeña habitación de su casa, en la calle Montevideo al 1500.
Allí, la historia recién comenzaba: Se necesitaban ocho pesos con cincuenta para comprar una pelota, y uno con cincuenta para un sello de goma con el nombre del club. Se les ocurrió entonces fijar una cuota mensual de 25 centavos por socio. Los integrantes de la Comisión Directiva pagarían el doble. (Esto continuó hasta 1909, cuando la cuota comenzó a ser la misma para todos).
Se necesitaban nuevos asociados, pero resolvieron aceptar sólo a aquéllos que correspondieran al grupo familiar de los fundadores. Así, a los ocho iniciales se agregaron 17 más, y los 25 empezaron a buscar un lugar donde pudieran practicar fútbol.
Finalmente, encontraron un terreno en Gaona y Donato Alvarez, donde hoy está la plaza Irlanda. Luego, con el club ya más o menos en actividad aunque todavía no había sido oficialmente fundado, se nombró una subcomisión encargada de redactar un Estatuto y un Reglamento Interno.
La siguiente resolución constituyó así el primer equipo de fútbol: Francisco Marystani, Marcelo Degiorgi y Andrés Ferrier; Manuel Martín, José Hermida y Cristóbal García; Rosendo Degiorgi, A. Blanco, Edelmiro Langone, Ernesto Degiorgi y Juan Darnay.
EL CLUB CRECE Y SE MUDA
Además del equipo de primera, Independiente Football Club presentó un equipo de segunda división que compitió por la copa Villa Lobos. Cuando terminaba el año 1905, se cambió de secretaría y también de cancha: esta vez, fueron unos terrenos ubicados en la Avenida San Martín, donde se jugaron los últimos partidos de la temporada.
En diciembre de ese año, se resolvió en una asamblea incorporar socios y hacer propaganda para conseguir más, especialmente jugadores que ya hubieran estado en otros clubes, con la intención de poder inscribir a los equipos en la Asociación Argentina de Football, que era la institución más importante de la época.
La nueva Comisión Directiva logró dicho objetivo. Pese a que la cancha tenía las medidas reglamentarias, no había suficiente pasto, y hubo que empezar a buscar de nuevo. Finalmente, la Escuela del Oeste le cedió al Independiente Football Club un terreno de 100 por 120 metros en la Avda. Alvear y Tagle. Allí se arregló el terreno, y se hizo la cancha, colocándose arcos, red, banderines y marcaciones. Sin embargo, después de tanto esfuerzo y entusiasmo, los inspectores de la Asociación la rechazaron...por falta de pasto.
Los muchachos de Independiente soportaron la adversidad, y conservaron la cancha anterior, la de la Avda. San Martín, hasta fines de 1906. Luego, se fueron...al otro lado del Riachuelo, entre frigoríficos y matarifes, barcos y marineros, troperos, reseros...y el que sería el eterno enemigo: el Racing Club.
LA FUNDACION
Aunque el Independiente Football Club quedó constituido en aquella reunión del 4 de agosto de 1904, los fundadores pensaron que esto debía hacerse en forma oficial. Así, la comisión directiva provisoria convocó a una asamblea general el 1º de enero de 1905, en el domicilio del socio Daniel Bevilacqua, en Esmeralda 329. Aunque ésta no se realizó, es decir, se suspendió al comenzar, se dejó allí establecido que la fecha de fundación del club es el 1º de enero de 1905, y los socios fundadores, aquéllos inscriptos hasta ese día.
El 25 de marzo del mismo año, en una nueva asamblea, se integró la Comisión Directiva, presidida por Arístides Langoni.
PARTIDOS INICIALES
El 19 de enero de 1905, Independiente debutó, y empató su primer partido como local, contra Atlanta. Fue un día de muchísimo calor, y el resultado fue 2 a 2.
Una semana más tarde, el 26, Independiente Football Club obtuvo su primer triunfo por 2 a 0 frente a Maipo Banfield, que era justamente el equipo de la tienda de la cual habían "desertado".
YA EN AVELLANEDA...
En Manuel Ocanto al 600, Independiente alquiló un terreno de 100 por 120 metros, y otro de 10 por 20 para los vestuarios. También levantó los alambrados y cosechó nuevos socios.
...y así entró Independiente en el fútbol grande. Inscribió equipos en segunda y tercera división, y comenzaron los encuentros con adversarios de primera línea. Mientras el equipo de segunda división alternaba buenos resultados con otros no tan buenos, el de tercera tuvo su debut contra Atlanta, recibiendo una histórica goleada: 21 a 0. Sucedió que el arquero titular, Arístides Langone, se había enfermado, y lo reemplazó un arquero improvisado: el uruguayo Costa.
¡GANAMOS EL PRIMER CLASICO!
Y después de aquel resultado insólito, hubo que jugar ante el que sería con el tiempo el eterno rival del barrio: el Racing Club, que venía como favorito, pero...sucedió lo inesperado: ganó Independiente por 3 a 2 (fue el 9 de junio de 1907), y con este triunfo, recibió el aporte de integrantes del conjunto denominado "Los británicos", y también de otros que se habían separado del Racing Club.
Independiente empezaba a crecer, a hacerse grande. Y hubo que buscar otra cancha. Y apareció en Crucecita. Se inauguró en 1908, con el primer partido internacional: 0 a 0 contra el Bristol de Montevideo.
Pero esa tarde, Independiente no sólo estrenó una cancha nueva...sino también su nombre definitivo: CLUB ATLETICO INDEPENDIENTE, y su glorioso color: el rojo.
LA CAMISETA
Los primeros equipos que representaban al Independiente Football Club usaban una casaca blanca con bolsillo azul donde aparecía, cruzado por dos rayas blancas, el escudo y las letras IFC.
En 1908, en el partido contra el Bristol uruguayo, el presidente del club, Arístides Langone, adoptó como equipo oficial la camiseta roja con cuello y puños blancos, y en el bolsillo -también blanco- las iniciales del club: C.A.I. El pantalón era azul, y las medias negras.
¿De dónde nació la idea? Langone había visto jugar con esos colores al Nottingham Forest, de Inglaterra, y decidió adoptarlos porque dijo que parecían...¡verdaderos diablos rojos!
SIEMPRE COPERO...
Durante la temporada de 1908, Independiente anotó en la Asociación dos equipos de tercera y uno de cuarta, para intervenir en la Copa Competencia. También, uno de los equipos de tercera participó en el torneo por la Copa El Diario. Y los tres conjuntos tuvieron buen desempeño, especialmente el de la tercera división que se clasificó semifinalista de la Copa Competencia. Siempre con la moral en alza, en 1909 Independiente inscribió su segunda división para participar en el torneo por la Copa Bullrich. Y allí comenzó a demostrarse la gran vocación copera, y el 8 de septiembre de ese año, se proclamó campeón En 1910, al cumplir sus cinco años de vida, Independiente era ya un club consagrado en el mundo del fútbol. Le quedaba todavía mucho por hacer para su afianzamiento definitivo, ya que no tenía sede social y el campo de deportes era alquilado. La nueva comisión directiva resolvió arrendar otro terreno en Crucecita para el nuevo campo de deportes. Una asamblea general que se realizó en 1910 eligió nuevas autoridades, que en febrero de 1911 construyeron una tribuna en el nuevo campo.
CAMBIOS DE AFILIACIÓN Y ¡ASCENSO A PRIMERA!
A mediados de 1912, no conformes con resoluciones de la Asociación Argentina de Foot-ball, Independiente se pasó a la Federación Argentina de Foot-ball, recién creada, para disputar el torneo de Primera División. Quedaron así levantados los cimientos, ya que Independiente encontraba un lugar entre los clubes más importantes del fútbol argentino, convirtiéndose también en un grande. Finalizando ya el año 1914, la Federación estuvo en tratos con la antigua Asociación, y ambas instituciones se fusionaron. El club llenó el formulario de afiliación. En 1913, el Rojo no se lució, pero en 194 logró el tercer puesto. Desde 1916, cuando ya militaba oficial y definitivamente en la Asociación, hasta 1922, año en el que conquistó su PRIMER CAMPEONATO en el torneo superior de fútbol, Independiente fue creciendo, tanto en importancia, como en número de socios, calidad de las instalaciones, y sobre todo, en popularidad y prestigio.
INCENDIO EN EL ESTADIO Y PRIMEROS TÍTULOS.
En 1923, en pleno desarrollo del campeonato, un triste suceso conmovió a socios e hinchas: se incendió la tribuna oficial y las instalaciones quedaron completamente destruidas. La nueva comisión, presidida por Pedro Canaveri, dedicó todos sus afanes a la reconstrucción, que fue difícil y penosa. Además de una nueva tribuna, se hicieron vestuarios, roperos y baños para los jugadores y el árbitro, y también se levantó un tanque con capacidad para 2000 litros de agua. En 1924, el primer equipo obtuvo la Copa Competencia. Y hubo más títulos en esos años: la división intermedia ganó los campeonatos de 1921 y 1923. La segunda, el de 1924 y la cuarta, los de 1919, 1921, 1923 y 1924. El equipo de veteranos, mientras tanto, salió campeón en 1921, 1923 y 1925. Con respecto a la posición alcanzada por Independiente en el fútbol argentino hasta 1924, no hay más que mirar los resultados: se conquistaron 16 trofeos, cifra récord desde la fundación de la Asociación Amateur de Football. Además, siguiendo el ritmo progresista, se adquirió el terreno donde se levantaría el gran estadio de nuestros días.
1926: ¡CAMPEÓN INVICTO!
En el año 1926 Independiente logró algo realmente mayúsculo: salir campeón invicto, una verdadera proeza. Allí, el Rojo demostró su clase futbolística, con estos once jugadores titulares: Pérez, Debuglio, Ucar, Isusi, Ronzoni, Chiarella, Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi. Y fue allí que surgió el canto de victoria que persiste hasta nuestros días, como un adelanto de las glorias por venir: "Sí, sí, señores...yo soy del Rojo...Yo soy del Rojo de corazón...porque este año, de Avellaneda, de Avellaneda, salió el nuevo campeón..."
1927 y 1928: CONSTRUCCIÓN E INAUGURACIÓN DE LA DOBLE VISERA DE CEMENTO.
No fue fácil, por cierto, la construcción, por muchos considerada imposible en aquel momento. Es que el nuevo campo de deportes del club se levantaría sobre algo que tenía toda la apariencia de una gran laguna. Al lugar se lo conocía como "el pantano de Ohaco".
Hubo que tirar miles de carros cargados de tierra en aquel bañado, no solamente para desecarlo, sino también para evitar que la lluvia volviera a convertirlo en pantano.
A lo largo de muchos meses, los miembros de la C.D. buscaron a todos los socios y simpatizantes que dispusieran de un carro o una chata, y consiguieron algunos viajes gratuitos. No fue fácil rellenar el terreno, y esto representaba solamente el comienzo de la obra. Luego se siguió con el alambrado, las dependencias generales, y sobre todo, la tribuna de cemento, que nadie creía que iba a ser posible construir. El asombro ante su realización fue muy grande y generalizado. En Avellaneda, era común que una larga fila de curiosos se formara frente a la ahora famosa visera de cemento, pensando que cuando se quitaran los armazones de madera todo se derrumbaría.
Sin embargo, eso no sucedió. La gran mole de cemento permaneció inconmovible cuando miles y miles de personas se subieron a ella para asistir a la inauguración del ¡primer estadio en Sudamérica!
Efectivamente, el 4 de marzo de 1928, en un imponente acto, y con una multitud presente, la gran obra fue inaugurada oficialmente.
El festejo fue grande: primero se llevó a cabo un enfrentamiento internacional entre los primeros equipos de Independiente y Peñarol de Montevideo. El resultado fue: 2 a 2.
En la mitad del festejo, comenzó a soplar un fuerte viento que más tarde se convirtió en un violento temporal con lluvia.
Estuvieron presentes en la inauguración muchas personalidades, entre ellas, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, doctor Valentín Vergara, quien donó medallas de oro para los jugadores y puso en juego la copa de plata donada por la Cámara de Diputados provincial. También fue él quien dio el puntapié inicial.
Finalizado el partido de fútbol, los ciclistas realizaron carreras y el conocido automovilista de la época, Antonio Gaudino, ejecutó actos acrobáticos con una moto con sidecar.
La gran historia roja comienza allá por el año 1904. Por la Avenida de Mayo, se levantaba una tienda de moda: su nombre era "A la ciudad de Londres". Varios empleados habían formado un club de fútbol llamado Maipo Banfield, con varias divisiones, para intervenir en torneos contra otras firmas comerciales.
Un grupo de cadetes, que eran los menores del club, a pesar de pagar todos los meses sus 50 centavos de cuota, estaban enojados. Los dejaban ir a ver los partidos...pero no jugar. Y así, el 4 de agosto de 1904, ocho jovencitos cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 17 años, se reunieron en un bar ubicado en la esquina de Bolívar y Victoria, para llegar a una decisión.
El líder de los disconformes era Rosendo Degiorgi. Y así, luego de varias vueltas de café, decidieron "independizarse" y formar un nuevo club, al que llamaron "Independiente Football Club". Pocos podían imaginarse en ese momento que, con el transcurso de los años, llegaría a ser uno de los más famosos no solamente de América, sino del mundo entero.
Aunque no tenían cancha, ni local social, ni siquiera una pelota de cuero o un sello de goma, esos precursores se constituyeron en Comisión Directiva y nombraron a Rosendo Degiorgi presidente provisorio.
Luego, comenzaron a buscar más adherentes y jugadores, y la familia Degiorgi ofreció como sede una pequeña habitación de su casa, en la calle Montevideo al 1500.
Allí, la historia recién comenzaba: Se necesitaban ocho pesos con cincuenta para comprar una pelota, y uno con cincuenta para un sello de goma con el nombre del club. Se les ocurrió entonces fijar una cuota mensual de 25 centavos por socio. Los integrantes de la Comisión Directiva pagarían el doble. (Esto continuó hasta 1909, cuando la cuota comenzó a ser la misma para todos).
Se necesitaban nuevos asociados, pero resolvieron aceptar sólo a aquéllos que correspondieran al grupo familiar de los fundadores. Así, a los ocho iniciales se agregaron 17 más, y los 25 empezaron a buscar un lugar donde pudieran practicar fútbol.
Finalmente, encontraron un terreno en Gaona y Donato Alvarez, donde hoy está la plaza Irlanda. Luego, con el club ya más o menos en actividad aunque todavía no había sido oficialmente fundado, se nombró una subcomisión encargada de redactar un Estatuto y un Reglamento Interno.
La siguiente resolución constituyó así el primer equipo de fútbol: Francisco Marystani, Marcelo Degiorgi y Andrés Ferrier; Manuel Martín, José Hermida y Cristóbal García; Rosendo Degiorgi, A. Blanco, Edelmiro Langone, Ernesto Degiorgi y Juan Darnay.
EL CLUB CRECE Y SE MUDA
Además del equipo de primera, Independiente Football Club presentó un equipo de segunda división que compitió por la copa Villa Lobos. Cuando terminaba el año 1905, se cambió de secretaría y también de cancha: esta vez, fueron unos terrenos ubicados en la Avenida San Martín, donde se jugaron los últimos partidos de la temporada.
En diciembre de ese año, se resolvió en una asamblea incorporar socios y hacer propaganda para conseguir más, especialmente jugadores que ya hubieran estado en otros clubes, con la intención de poder inscribir a los equipos en la Asociación Argentina de Football, que era la institución más importante de la época.
La nueva Comisión Directiva logró dicho objetivo. Pese a que la cancha tenía las medidas reglamentarias, no había suficiente pasto, y hubo que empezar a buscar de nuevo. Finalmente, la Escuela del Oeste le cedió al Independiente Football Club un terreno de 100 por 120 metros en la Avda. Alvear y Tagle. Allí se arregló el terreno, y se hizo la cancha, colocándose arcos, red, banderines y marcaciones. Sin embargo, después de tanto esfuerzo y entusiasmo, los inspectores de la Asociación la rechazaron...por falta de pasto.
Los muchachos de Independiente soportaron la adversidad, y conservaron la cancha anterior, la de la Avda. San Martín, hasta fines de 1906. Luego, se fueron...al otro lado del Riachuelo, entre frigoríficos y matarifes, barcos y marineros, troperos, reseros...y el que sería el eterno enemigo: el Racing Club.
LA FUNDACION
Aunque el Independiente Football Club quedó constituido en aquella reunión del 4 de agosto de 1904, los fundadores pensaron que esto debía hacerse en forma oficial. Así, la comisión directiva provisoria convocó a una asamblea general el 1º de enero de 1905, en el domicilio del socio Daniel Bevilacqua, en Esmeralda 329. Aunque ésta no se realizó, es decir, se suspendió al comenzar, se dejó allí establecido que la fecha de fundación del club es el 1º de enero de 1905, y los socios fundadores, aquéllos inscriptos hasta ese día.
El 25 de marzo del mismo año, en una nueva asamblea, se integró la Comisión Directiva, presidida por Arístides Langoni.
PARTIDOS INICIALES
El 19 de enero de 1905, Independiente debutó, y empató su primer partido como local, contra Atlanta. Fue un día de muchísimo calor, y el resultado fue 2 a 2.
Una semana más tarde, el 26, Independiente Football Club obtuvo su primer triunfo por 2 a 0 frente a Maipo Banfield, que era justamente el equipo de la tienda de la cual habían "desertado".
YA EN AVELLANEDA...
En Manuel Ocanto al 600, Independiente alquiló un terreno de 100 por 120 metros, y otro de 10 por 20 para los vestuarios. También levantó los alambrados y cosechó nuevos socios.
...y así entró Independiente en el fútbol grande. Inscribió equipos en segunda y tercera división, y comenzaron los encuentros con adversarios de primera línea. Mientras el equipo de segunda división alternaba buenos resultados con otros no tan buenos, el de tercera tuvo su debut contra Atlanta, recibiendo una histórica goleada: 21 a 0. Sucedió que el arquero titular, Arístides Langone, se había enfermado, y lo reemplazó un arquero improvisado: el uruguayo Costa.
¡GANAMOS EL PRIMER CLASICO!
Y después de aquel resultado insólito, hubo que jugar ante el que sería con el tiempo el eterno rival del barrio: el Racing Club, que venía como favorito, pero...sucedió lo inesperado: ganó Independiente por 3 a 2 (fue el 9 de junio de 1907), y con este triunfo, recibió el aporte de integrantes del conjunto denominado "Los británicos", y también de otros que se habían separado del Racing Club.
Independiente empezaba a crecer, a hacerse grande. Y hubo que buscar otra cancha. Y apareció en Crucecita. Se inauguró en 1908, con el primer partido internacional: 0 a 0 contra el Bristol de Montevideo.
Pero esa tarde, Independiente no sólo estrenó una cancha nueva...sino también su nombre definitivo: CLUB ATLETICO INDEPENDIENTE, y su glorioso color: el rojo.
LA CAMISETA
Los primeros equipos que representaban al Independiente Football Club usaban una casaca blanca con bolsillo azul donde aparecía, cruzado por dos rayas blancas, el escudo y las letras IFC.
En 1908, en el partido contra el Bristol uruguayo, el presidente del club, Arístides Langone, adoptó como equipo oficial la camiseta roja con cuello y puños blancos, y en el bolsillo -también blanco- las iniciales del club: C.A.I. El pantalón era azul, y las medias negras.
¿De dónde nació la idea? Langone había visto jugar con esos colores al Nottingham Forest, de Inglaterra, y decidió adoptarlos porque dijo que parecían...¡verdaderos diablos rojos!
SIEMPRE COPERO...
Durante la temporada de 1908, Independiente anotó en la Asociación dos equipos de tercera y uno de cuarta, para intervenir en la Copa Competencia. También, uno de los equipos de tercera participó en el torneo por la Copa El Diario. Y los tres conjuntos tuvieron buen desempeño, especialmente el de la tercera división que se clasificó semifinalista de la Copa Competencia. Siempre con la moral en alza, en 1909 Independiente inscribió su segunda división para participar en el torneo por la Copa Bullrich. Y allí comenzó a demostrarse la gran vocación copera, y el 8 de septiembre de ese año, se proclamó campeón En 1910, al cumplir sus cinco años de vida, Independiente era ya un club consagrado en el mundo del fútbol. Le quedaba todavía mucho por hacer para su afianzamiento definitivo, ya que no tenía sede social y el campo de deportes era alquilado. La nueva comisión directiva resolvió arrendar otro terreno en Crucecita para el nuevo campo de deportes. Una asamblea general que se realizó en 1910 eligió nuevas autoridades, que en febrero de 1911 construyeron una tribuna en el nuevo campo.
CAMBIOS DE AFILIACIÓN Y ¡ASCENSO A PRIMERA!
A mediados de 1912, no conformes con resoluciones de la Asociación Argentina de Foot-ball, Independiente se pasó a la Federación Argentina de Foot-ball, recién creada, para disputar el torneo de Primera División. Quedaron así levantados los cimientos, ya que Independiente encontraba un lugar entre los clubes más importantes del fútbol argentino, convirtiéndose también en un grande. Finalizando ya el año 1914, la Federación estuvo en tratos con la antigua Asociación, y ambas instituciones se fusionaron. El club llenó el formulario de afiliación. En 1913, el Rojo no se lució, pero en 194 logró el tercer puesto. Desde 1916, cuando ya militaba oficial y definitivamente en la Asociación, hasta 1922, año en el que conquistó su PRIMER CAMPEONATO en el torneo superior de fútbol, Independiente fue creciendo, tanto en importancia, como en número de socios, calidad de las instalaciones, y sobre todo, en popularidad y prestigio.
INCENDIO EN EL ESTADIO Y PRIMEROS TÍTULOS.
En 1923, en pleno desarrollo del campeonato, un triste suceso conmovió a socios e hinchas: se incendió la tribuna oficial y las instalaciones quedaron completamente destruidas. La nueva comisión, presidida por Pedro Canaveri, dedicó todos sus afanes a la reconstrucción, que fue difícil y penosa. Además de una nueva tribuna, se hicieron vestuarios, roperos y baños para los jugadores y el árbitro, y también se levantó un tanque con capacidad para 2000 litros de agua. En 1924, el primer equipo obtuvo la Copa Competencia. Y hubo más títulos en esos años: la división intermedia ganó los campeonatos de 1921 y 1923. La segunda, el de 1924 y la cuarta, los de 1919, 1921, 1923 y 1924. El equipo de veteranos, mientras tanto, salió campeón en 1921, 1923 y 1925. Con respecto a la posición alcanzada por Independiente en el fútbol argentino hasta 1924, no hay más que mirar los resultados: se conquistaron 16 trofeos, cifra récord desde la fundación de la Asociación Amateur de Football. Además, siguiendo el ritmo progresista, se adquirió el terreno donde se levantaría el gran estadio de nuestros días.
1926: ¡CAMPEÓN INVICTO!
En el año 1926 Independiente logró algo realmente mayúsculo: salir campeón invicto, una verdadera proeza. Allí, el Rojo demostró su clase futbolística, con estos once jugadores titulares: Pérez, Debuglio, Ucar, Isusi, Ronzoni, Chiarella, Canaveri, Lalín, Ravaschino, Seoane y Orsi. Y fue allí que surgió el canto de victoria que persiste hasta nuestros días, como un adelanto de las glorias por venir: "Sí, sí, señores...yo soy del Rojo...Yo soy del Rojo de corazón...porque este año, de Avellaneda, de Avellaneda, salió el nuevo campeón..."
1927 y 1928: CONSTRUCCIÓN E INAUGURACIÓN DE LA DOBLE VISERA DE CEMENTO.
No fue fácil, por cierto, la construcción, por muchos considerada imposible en aquel momento. Es que el nuevo campo de deportes del club se levantaría sobre algo que tenía toda la apariencia de una gran laguna. Al lugar se lo conocía como "el pantano de Ohaco".
Hubo que tirar miles de carros cargados de tierra en aquel bañado, no solamente para desecarlo, sino también para evitar que la lluvia volviera a convertirlo en pantano.
A lo largo de muchos meses, los miembros de la C.D. buscaron a todos los socios y simpatizantes que dispusieran de un carro o una chata, y consiguieron algunos viajes gratuitos. No fue fácil rellenar el terreno, y esto representaba solamente el comienzo de la obra. Luego se siguió con el alambrado, las dependencias generales, y sobre todo, la tribuna de cemento, que nadie creía que iba a ser posible construir. El asombro ante su realización fue muy grande y generalizado. En Avellaneda, era común que una larga fila de curiosos se formara frente a la ahora famosa visera de cemento, pensando que cuando se quitaran los armazones de madera todo se derrumbaría.
Sin embargo, eso no sucedió. La gran mole de cemento permaneció inconmovible cuando miles y miles de personas se subieron a ella para asistir a la inauguración del ¡primer estadio en Sudamérica!
Efectivamente, el 4 de marzo de 1928, en un imponente acto, y con una multitud presente, la gran obra fue inaugurada oficialmente.
El festejo fue grande: primero se llevó a cabo un enfrentamiento internacional entre los primeros equipos de Independiente y Peñarol de Montevideo. El resultado fue: 2 a 2.
En la mitad del festejo, comenzó a soplar un fuerte viento que más tarde se convirtió en un violento temporal con lluvia.
Estuvieron presentes en la inauguración muchas personalidades, entre ellas, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, doctor Valentín Vergara, quien donó medallas de oro para los jugadores y puso en juego la copa de plata donada por la Cámara de Diputados provincial. También fue él quien dio el puntapié inicial.
Finalizado el partido de fútbol, los ciclistas realizaron carreras y el conocido automovilista de la época, Antonio Gaudino, ejecutó actos acrobáticos con una moto con sidecar.
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